Movimiento 10 de Septiembre: Ferroviarios, refinadores, recolectores de basura responden con descontento al llamado ciudadano de "bloquearlo todo".

Las modalidades precisas de acción previstas para el miércoles 10 de septiembre aún se debaten en los múltiples canales organizados en línea por departamento, ciudad o barrio. Se crearon en respuesta a los llamamientos a la movilización contra la propuesta presupuestaria del gobierno de Bayrou, entre otras, que surgieron este verano en redes sociales. Estos intercambios ya han dado lugar a decenas de auténticas "asambleas generales" en todo el país. Todas tienen algo en común: el deseo de "bloquearlo todo". Al igual que las grandes huelgas victoriosas de 1995 que paralizaron Francia contra el plan Juppé, o el caos provocado por la huelga de las refinerías de TotalEnergies y ExxonMobil en otoño de 2022, "paralizar el país" parece, para los participantes, una forma más efectiva de hacerse oír que los días dispersos de movilización —catorce en seis meses contra la reforma de las pensiones de 2023—.
Recordando las primeras iniciativas de los "chalecos amarillos" en 2018, las reuniones mencionadas sugieren el bloqueo de rotondas estratégicas, por ejemplo, en torno al centro comercial Carrefour en Uzès (Gard), frente a la incineradora de residuos domésticos de Île-de-France en Ivry-sur-Seine (Val-de-Marne) o la vasta plataforma logística de Saint-Quentin-Fallavier en Isère. Todavía se habla de peajes gratuitos en las autopistas. Vinci o para obstruir los cajeros automáticos.
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Le Monde